En la última década son muchas las empresas que han instaurado por regla que el último día laboral de la semana sus empleados puedan ir vestidos de una forma más casual.
Esto quiere decir que los viernes los trabajadores pueden colgar su traje y corbata, para lucir un look relajado, sin renunciar a la elegancia. Este concepto, denominado casual friday, a muchos les supone un quebradero de cabeza más que un desahogo.
Hay quien está acostumbrado a uniformarse con su traje y le cuesta enfrentarse cada viernes a su armario para encontrar un vestuario equilibrado entre lo formal y lo informal.
El fenómeno, que parece muy moderno, surgió ya hace más de medio siglo. Su origen lo encontramos en Estados Unidos, en los años 50, dentro de las grandes multinacionales, que lo comenzaron a promover para favorecer el buen clima laboral y relajar a los empleados en el día previo al fin de semana.