Es verdad que las playas del sur de Europa, entre las que se encuentran las españolas, italianas, portuguesas, francesas o griegas, están impregnadas de una belleza indiscutible y fundamentalmente, las tenemos a no muchas horas de coche o avión. Pero que esta ventaja indiscutible nos conforme, y nos impida ver los encantos exóticos de playas como las de Vietnam, sería un error.
Durante muchas décadas, el atraso económico, los índices de pobreza y desarrollo humano, la destrucción de la guerra, y la falta de información y publicidad turística, privaron al paraíso vietnamita de mostrar al mundo en todo su esplendor, el incalculable potencial geográfico, cultural y turístico que ofrece este pequeño país del sudeste asiático.
Pero todo esto ha cambiado en gran medida, y Vietnam se está posicionando sin ninguna dificultad, entre los países que más turismo está atrayendo de todas partes del mundo.
Sus casi 92 millones de habitantes concentrados en 350.000 kilómetros cuadrados, no han sido un impedimento para que este país de cultura ancestral, combine sus rasgos de identidad y su inmenso potencial natural, con la capacidad de atraer y recibir a miles de visitantes de todas partes del mundo.