“Soy guapo y rico. Soy guapo y rico. Soy guapo y rico”. Repitiendo esta sentencia todas las noches durante unos minutos y delante del espejo, el universo te regalaría un rostro atractivo y una abultada cuenta corriente. Sin esfuerzo. Como por arte de magia.
Durante unos años, los manuales y libros de autoayuda basados en la Ley de Atracción conquistaron los estantes de las librerías y se convirtieron en éxitos de ventas, prometiendo premiar a aquel que gastase su dinero en ellos con el secreto para alcanzar el éxito. ¿Un simple engaño? Respuesta subjetiva. Aunque también incompleta, porque debe ser combinada con otra cuestión: ¿es realmente posible programar el cerebro a nuestro beneficio? La neurociencia dice que sí —con condiciones— y nosotros le vamos a enseñar la única frase que si la repite hasta convencerse de ella hará que viva más años.
Primero veamos cómo debemos convencernos. Numerosos estudios se han ocupado de demostrar que, efectivamente, repitiendo una frase hasta la saciedad, aunque esta no sea cierta, termina por ser asumida como tal. Ya en los años 70, un equipo de investigadores constató cómo el cerebro dota de verosimilitud cualquier idea si es machacada insistentemente. Primera ‘ley’ corroborada. Aunque aquí asoma el primer ‘pero’.