Aunque lo de planificar no suena tan atractivo como “el vivir día a día dejándose llevar por el momento presente”, lo cierto es que funciona mucho mejor. Y es que igual que no se te ocurriría irte de vacaciones al extranjero sin preparar nada o comprar un billete de avión sin saber el destino, tampoco deberías enfrentarte a este nuevo año sin tener claro qué es lo que quieres.
Planificar es importante, y planificar correctamente tus objetivos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
1. Enunciado en Positivo
Nuestro cerebro tiende a enfocarse en aquello en lo que pensamos.
Por ejemplo, cuando deseamos comprar un coche nuevo, por la calle tendemos a fijarnos en los coches que nos gustan. O una pre-mamá a la que le parece que hay más embarazadas por la calle.
Tiene una explicación biológica (El Sistema de Activación Reticular es la parte de tu cerebro que entre otras cosas regula la atención, es como un radar que te avisa de aquello externo que coincide con tus pensamientos). También lo puedes ver como un tema de desarrollo personal. Como dice Harv Eker, “Aquello en lo que te enfocas se expande”.
La cuestión es que nos sentimos atraídos hacia aquello que ocupa nuestros pensamientos. Por tanto en lugar de pensar qué no queremos, es más útil pensar qué queremos y fijar nuestras metas para este año a raíz de ello:
Quiero dejar de ser perezoso → Quiero ponerme en forma
Quiero dejar de estar gordo → Quiero estar en mi peso ideal
Quiero dejar de ser pobre → Quiero aumentar mis ingresos
Quiero dejar de hacer el vago en mi tiempo libre → Quiero poner en marcha un blog que dé resultados