En una época en la que emprender en España se torna para muchos una tarea casi titánica, además de tener que estar provistos de una serie de virtudes psicológicas que no todo el mundo posee, si logramos hacerlo, deberemos tener los cinco sentidos al 100% las 24 horas del día.
Entre otras cosas, para no descuidar el presupuesto, desde un bolígrafo, pasando por el ordenador, y hasta los gastos de publicidad y teléfono. En el mismo sentido, pero desde un enfoque operativo, el emprendedor deberá supervisar desde la forma de los colaboradores para atender a los flamantes clientes, hasta los métodos para captarlos y poder competir con el resto de empresas dedicadas a actividades afines.
De hecho no seguiremos detallando la interminable lista de responsabilidades que deben asumir los emprendedores de hoy en día, pero además de responsabilidades, el contexto particular exigirá una capacidad de resolución de problemas y contratiempos casi “a prueba de balas”.
A pesar de que teniendo en cuenta las líneas precedentes, pareciera que los emprendedores de nuestra época deben acometer algo similar a una escalada al Everest, no podemos perder de vista que si se emprende, el único objetivo posible de perseguir, es el éxito del proyecto.