Quizá nos parezca un poco lejana, quizá por la escasa publicidad turística, por la lejanía geográfica, o quizá por las diferencias culturales. Lo cierto es que Jordania, este país del tamaño de Andalucía y con 5 millones de habitantes, esconde unos cuantos tesoros que vale la pena visitar. Entre ellos, la increíble Petra.
A pesar de su tamaño, Jordania puede presumir de varios lugares que representan una atracción turística, pero es posible que la ciudad de Petra, inscrita en 1985 como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, se lleve la palma.
[pullquote]La asombrosa singularidad de Petra es que está emplazada y excavada en la pared de un acantilado[/pullquote]Todo Petra es un conjunto monumental que sobresale dentro de la riqueza histórica de Oriente Próximo. Petra fue capital de los nabateos, un pueblo árabe nómada del siglo II a.C.
La asombrosa singularidad de Petra es que está emplazada y excavada en la pared de un acantilado. Hasta 1985 fue el refugio de familias beduinas, y pese a que recibe unos 3.000 visitantes diarios, el turista nunca se sentirá agobiado debido a la dispersión de las ruinas.
Teniendo en cuenta que Petra está ubicada en un profundo cañón, su acceso debe ser a través de un estrecho y serpenteante sendero cavado en la roca. Lo más recomendable para lograr captar la riqueza de tiempos remotos que desprende la ciudad, es quedarse unos dos días, lo que requerirá alojarse en el pueblo vecino de Wadi Musa.
Petra cuenta con unos 800 monumentos tallados, y cuya ruina más famosa es Khazneh (tesoro), con una fachada escrupulosamente esculpida, como si de una maqueta se tratase. Todo en Petra recuerda el brillo de un pasado gobernado por una sociedad laboriosa y creativa.
Igual de imponente es el Monasterio, el edificio más antiguo, y al que se sube por una escalinata de 900 peldaños. Pero el agotamiento que puede acarrear este ascenso estará sobradamente justificado cuando el turista pueda contemplar desde los miradores del Monasterio, las grandiosas vistas de los valles anejos y los otros restos de la ciudad.
El viejo anfiteatro con capacidad para 800 personas, y el Templo de los Leones Alados son otras de las ruinas que lo pueden dejar atónito.
Y no olvidar que no estaremos aislados del mundo y devorados por el pasado. En el cercano Wadi Musa tendremos todos los servicios turísticos, además de gran cantidad de hoteles para todo tipo de turismo, restaurantes para todos los gustos, puestos callejeros y mercado.