La evaluación grafológica

0
489

Teniendo en cuenta las pocas oportunidades y las escasas opciones que nos ofrece actualmente el mercado laboral, marcado por la escasa oferta, cada vez más especializada y exigente, y una demanda masiva y cualificada, cuando tengamos la chance de enfrentar una entrevista laboral que despierte nuestras expectativas, es fundamental que descartemos apelar a la improvisación.

[pullquote]La prueba grafológica puede ser el complemento perfecto de preguntas o exámenes teóricos, prácticos o psicológicos[/pullquote]Plantarnos en una entrevista sin improvisar significa contemplar que desde hace algunos años, las técnicas utilizadas para elegir al candidato más idóneo –sobre todo en ofertas de alta especialización-, van más allá de la prueba obligada de idiomas y un repaso de la experiencia laboral.

La alta competitividad que ha engendrado el mercado laboral actual, ha hecho que las técnicas de selección y de eliminación de candidatos se hayan vuelto más exhaustivas y  profesionalizadas.

Es por lo dicho que desde hace varios años, una de las pruebas de selección que no debe sorprender a ningún candidato al momento de presentarse a la convocatoria, es la del análisis de su grafía, ya sea de su firma o de su caligrafía personal. En muchos casos la prueba grafológica viene a ser el complemento evaluativo perfecto de numerosas preguntas o exámenes teóricos, prácticos o psicológicos.

Y es justamente desde el punto de vista psicológico que la grafía de los candidatos es altamente reveladora del perfil de personalidad que éstos poseen, y a partir de aquí, del grado de concordancia o disonancia que tendrán respecto a las funciones requeridas y al comportamiento deseado.

Pero la incorporación del análisis grafológico como prueba central en muchos procesos de selección de personal, no es sólo un capricho de responsables de recursos humanos, psicólogos o especialistas en conducta laboral, sino que numerosos estudios han demostrado que a través de la caligrafía de una persona se puede conocer su carácter, su personalidad, e incluso, una breve biografía.

La firma y la rúbrica pueden ser suficientes para que un grafólogo defina el perfil del candidato que tiene frente a él. De ellas se desprenden importantes rasgos de la personalidad y la psicología de los postulantes.

La grafóloga catalana y autora del libro Leer la firma, María Teresa Graells Nonell, afirma: “A través del análisis de los signos gráficos podemos conocer las aptitudes intelectuales del sujeto y tener información sobre su nivel cultural e inteligencia, su forma de razonar y la habilidad que tiene para aportar opiniones, hacer juicios, emitir críticas, etc. También nos dice mucho de su grado de creatividad y de su habilidad para argumentar, comunicar y negociar».

Dichas consideraciones dejan patente todo el caudal de información concluyente que se puede extraer de la letra de un aspirante a un puesto laboral.

Es importante aclarar que por más que intentemos con todo nuestro esmero evitar rasgos que creemos no serán convenientes para los resultados grafológicos de cara a salir airosos de una entrevista laboral, esta tarea será tan estéril como negativa respecto a la interpretación del grafólogo evaluador.

Lo más aconsejable frente a una prueba que indaga sobre nuestra misma esencia personal, es asumirla con la muñeca y la cabeza relajada, sin tensión, sin miedos ni presiones. Nuestra letra inevitablemente dirá lo que tenga que decir.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.