Uno de cada dos españoles mantiene una actitud positiva a lo largo del día y para ello sigue una fórmula casi instintiva: la automotivación. El momento «venga, que tú puedes» frente al espejo. Implica la fuerza de voluntad necesaria para levantarse, desayunar, zambullirse en un atasco, llegar al trabajo… o buscar empleo durante largas jornadas de lunes al sol sin darse por vencido. No siempre es fácil, pero introducir un cítrico en el desayuno podría ayudar.
Según el I Estudio sobre Vitalidad en España, elaborado por Zespri a partir de 2.577 entrevistas a ciudadanos de 16 a 75 años de edad, el 50% de la población española mantiene elevados índices de vitalidad a pesar de que un 63% se despierta con la sensación de no haber descansado lo suficiente. El índice de vitalidad óptimo debe situarse por encima de 7 en una escala de 1 a 10, y la media de la población española se sitúa en 7,4.
¿Qué entendemos por vitalidad? Las expertas del ámbito de la Psicología, Comunicación interpersonal y Nutrición que han colaborado en el estudio definen este concepto como “un estado de energía que nos ayuda a relacionarnos positivamente con nosotros mismos y con nuestro entorno, nos moviliza para conseguir nuestros retos y nos permite llevar una vida plena”.
El informe desvela que los hombres se sienten más realizados (52%) que las mujeres (47%) en sus tareas diarias, y que su vitalidad depende más de la satisfacción laboral en ellos y de las relaciones personales y socialización en ellas.
Por tramos de edad, son los mayores de 65 años —quizá en una merecida segunda juventud— quienes se manifiestan hasta 20 puntos más vitales que los jóvenes de 16 o 34 años. También el momento del día influye en nuestra capacidad para seguir motivándonos: el 36% de las mujeres se siente más vital a primera hora del día y el 37% de los hombres se reactiva a media mañana. Aunque, en ambos casos, las fuerzas empiezan a flaquear a partir del mediodía.