Una parte muy importante dentro de la práctica del Yoga son las asanas o diferentes posturas que realizamos dentro de cada sesión, cuya función es la de actuar sobre cuerpo y mente. Algunas de ellas, como las de inversión, nos ayudan a regular nuestras hormonas; otras a mejorar nuestra fuerza y equilibrio o a estirar nuestros músculos.
Tres de las asanas más conocidas, que suelen practicarse juntas, son las de las posturas del guerrero o Virabhadrasana en sánscrito (Virabhadra es el nombre del guerrero al que hacen referencia, y asana quiere decir literalmente postura). Os explicamos la historia detrás de ellas, cómo se hacen y cuáles son sus beneficios.
La historia detrás de las posturas del guerrero
El guerrero Virabhadra y Shiva (a la derecha).
La historia que inspira las tres posturas del guerrero de Yoga proviene de la mitología hindú: estas tres posturas representan los tres momentos del ataque del guerrero Virabhadra, en una historia de amor trágico.