Se conoce como vigorexia al trastorno psicológico (y alimenticio) que provoca que algo tan positivo y saludable como la actividad física se convierta en una verdadera obsesión.
Es un problema serio que se ha incrementado en los últimos años y, según los expertos, tiene su origen en el excesivo culto a la imagen y al cuerpo perfecto presente en la sociedad actual.
Cuidarte y trabajar con empeño y esfuerzo tus músculos no es sinónimo de vigorexia (¡ojo!). Que te guste cultivar tu imagen y hacer mucho deporte no quiere decir que padezcas este trastorno (aunque alguno pueda pensar que entrenas en exceso).
La vigorexia es algo más profundo. Al igual que ocurre con la anorexia, quien la sufre distorsiona la realidad y lucha desesperadamente por modificarla para alcanzar su ideal de belleza. Es decir, un vigoréxico por mucho que entrene no aprecia sus progresos y frente al espejo se ve débil, escuálido y sin músculo (al igual que un anoréxico se ve gordo aunque esté terriblemente delgado).