¿Sabías que cada vez que tienes un pensamiento elaboras una sustancia química determinada? Si tienes pensamientos de sociabilidad, de poder o de felicidad en unos instantes fabricas sustancias químicas que te hacen sentir sociable, poderoso o feliz.
[pullquote]Cada vez que te criticas, lo único que consigues es especializarte en la materia del “no me gusto”[/pullquote]En otras palabras, ese “run-run” mental activa una serie de circuitos neuronales y el cerebro envía sustancias químicas que inducen a nuestro cuerpo a sentir lo que pensamos. Si tienes pensamientos pesimistas, desconfiados, o de preocupación ¿Qué sucede en unos momentos? Empiezas a sentirte negativo, desconfiado o preocupado.
Pero un día dices: «Ya está bien, se acabó. ¡El lunes me pongo a dieta! Proclamo a toda la humanidad que se acabaron las pastas con el café, los dulces de por la tarde y los vinos de los fines de semana. Esto no puede seguir así, ¡me apuntaré al gimnasio con Juan y saldré a correr con Luis! Qué envidia Luis… que cuerpazo tiene el chaval…»