La explosividad es la habilidad que te genera desarrollar un movimiento en el menor tiempo posible. Si quieres esprintar más rápido, saltar más alto, o levantar más peso deberás aflorar tu potencia muscular: la explosividad.
Para entrenar algo primero debes conocerlo. ¿Dónde está la explosividad? Tus músculos están divididos en pequeñas fibras musculares. La contracción al unísono de estas fibras provocará que un músculo se acorte. Existen tres tipos de fibras musculares:
- Fibras musculares tipo I, rojas o lentas. Predominan en los músculos que utilizamos con mayor frecuencia (cuello, abdomen…), y al estar muy vascularizadas el aporte continuo de oxígeno les hace ser especialistas en una cualidad especial: la resistencia. Ciclistas, maratonianos o triatletas tienen más entrenadas las fibras tipo I.
- Fibras musculares tipo IIa o intermedias. Son fibras rojas, vascularizadas y algo más rápidas que las tipo I. Aunque se encuentran en una posición intermedia, tienden a desarrollar cualidades explosivas o de resistencia según cuál sea el entrenamiento.
- Fibras musculares tipo IIb, blancas o rápidas. Proclives a fatigarse, este tipo de fibra muscular es la encargada de realizar esfuerzos mucho mayores que las tipo I pero en menor tiempo. Ésto les hace crecer mucho más rápido, aumentando su volumen y potencia cuando se las ejercita. En las fibras tipo II habita la explosividad. Velocistas, sprinters o culturistas tienen más desarrolladas este tipo de fibras.