Desde siempre hemos tenido la idea de que como sentidos solo poseemos 5, que son el sentido del olfato, del tacto, la visión, el sentido del gusto y por último el de la audición. Sin embargo, en su mayoría se desconoce de un sentido más que poseemos, uno muy importante y fundamental para los seres humanos: la propiocepción.
¿Qué es la propiocepción?
La propiocepción es la sensibilidad o la capacidad que tiene nuestro organismo de crear conciencia sobre nuestro cuerpo en relación al medio que nos rodea. Gracias a la propiocepción, podemos regular nuestros movimientos, mantener el equilibrio y desplazarnos en relación al espacio en el que nos desenvolvemos, ¡incluso con los ojos cerrados! Y esto se debe a que la propiocepción interviene en el desarrollo de nuestro esquema corporal, que es la imagen mental que tenemos sobre las distintas partes de nuestro cuerpo.
¿De qué se compone la propiocepción?
La propiocepción se alcanza por medio de la interacción de distintas estructuras de nuestro organismo: el huso neuromuscular, los órganos tendinosos de Golgi, los receptores capsulares y ligamentosos y los receptores cutáneos:
El huso neuromuscular
Este se encuentra en el vientre del músculo estimulándolo ante el estiramiento de sus fibras. Esta estructura es de gran importancia ya que le brinda protección al musculo ante estiramientos muy bruscos (al activar el reflejo miotático)
Órganos tendinosos de Golgi
Este componente de la propiocepción de encuentra situado en los tendones y básicamente cumple la función de medir la tensión que se desarrolla en el músculo ante una contracción voluntaria, de manera que al existir una tensión excesiva que represente un posible daño o lesión para el músculo, el órgano tendinoso de Golgi se activará enviando un mensaje de relajación a las fibras musculares.
Receptores capsulo-ligamentosos
Estos receptores, como su nombre lo indica, se encuentran ubicados en la cápsula articular y los ligamentos, brindándole la capacidad al cerebro de conocer las posiciones y los movimientos de las distintas articulaciones.
Receptores cutáneos
Estos receptores se encuentran en la piel y se encargan de proporcionar información al cerebro acerca del tono muscular.
¡No debemos olvidar la propiocepción!
Debido al desconocimiento que aún existe acerca del tema de la propiocepción, es común que en los entrenamientos deportivos se deje a un lado este fundamental y tan importantísimo sentido, cosa que no podemos permitir.