El yoga es una disciplina milenaria, que conserva toda su vigencia y que siguen practicando hoy en día millones de personas en todo el mundo. Es un sistema holístico, es decir, abarca todas las facetas del ser humano: su cuerpo, su mente y su espíritu.
Su objetivo último es alcanzar el equilibrio interior, el bienestar y el estado de «iluminación», aquel en el que la persona toma consciencia de su energía vital y se funde en armonía con el resto del Universo.
Para alguien ajeno a estas ideas, el yoga puede parecer únicamente un conjunto de movimientos y posturas, pero nada más lejos de la realidad. Su esencia va más allá del ejercicio físico. El yoga es una experiencia vital que se basa en tres pilares:
- El conocimiento del propio cuerpo y de su energía interior.
- La relajación como método de liberar tensiones y alcanzar el equilibrio.
- La meditación, necesaria para una evolución espiritual.
Una clase de yoga o la práctica individual (si estás iniciado en esta disciplina) combina una serie de ejercicios de relajación, basados fundamentalmente en el control de la respiración, y distintos movimientos o posturas (asanas) que persiguen tanto el bienestar físico como el mental.