Cuando inicias una actividad física, tu corazón se pone a «trabajar» para llevar a tus músculos el oxígeno que necesitan para contraerse y realizar un determinado movimiento. El corazón, motor del organismo, bombea el caudal sanguíneo a una velocidad determinada según el esfuerzo que estés realizando.
[pullquote]Conocer la frecuencia cardiaca es un dato interesante a la hora de planificar tu actividad deportiva[/pullquote]Esa velocidad de bombeo se traduce en latidos, en las pulsaciones que notas (y que puedes conocer con ayuda de un pulsímetro). Las pulsaciones reflejan la frecuencia cardiaca (FC), es decir, el número de latidos por minuto (pulsaciones por minuto: ppm).
Conocer la frecuencia cardiaca es un dato interesante a la hora de planificar tu actividad deportiva. Por supuesto, es variable según estemos en reposo o realizando una rutina que requiera un máximo esfuerzo. Hay que tener en cuenta que la FC de cada individuo es única y depende de distintos factores como la edad, el peso, la grasa corporal y las características (y estado de salud) del propio sistema cardiovascular.