La actividad física es enormemente beneficiosa para la salud y para frenar el envejecimiento cutáneo. Sin embargo, al hacer deporte, debemos prestar especial atención a nuestra piel.
La hidratación por dentro y por fuera es una de las claves para mantener una piel sana. Cuando realizamos deporte, muchas veces nos olvidamos de que sometemos nuestra piel a rozamientos, transpiración excesiva, radiación solar, duchas continuas, aguas cloradas, viento o frío.
En deportes como el spinning, la bicicleta, el aeróbic o la cinta en el gimnasio, la piel se ve afectada en el ejercicio intenso por la sudoración. Ésta en parte es positiva, porque ayuda a limpiar impurezas y a mantener una termorregulación eficaz, pero por otro lado es negativa, porque reseca la piel al eliminar parte de su manto ácido o capa protectora.
Con lo cual es recomendable la utilización de una crema hidratante suave no muy cremosa, ya que en este caso podríamos notar una sensación de sudor muy espesa.