Nadie es indiferente al sexo. Desde el punto de vista humano, estas cuatro letras engloban los placeres más intensos, traen a a la mente emociones, sensaciones prohibidas por la moral de algunos credos y experiencias que quedan fijadas en la memoria para siempre. Nada más pensarlo, el cerebro evoca imágenes acompañadas de estímulos de lo que entendemos por esa palabra: una silueta desnuda envuelta en piel, sudor, saliva y todo cuanto consideramos excitante aparece en la imaginación para hacernos recordar algún instante del pasado donde experimentamos –tanto física como mentalmente– de las mieles de un encuentro sexual.
A pesar de que todo el mundo parece tener muy en claro qué es el sexo, retrocediendo en el tiempo un poco antes de la consciencia humana, es posible mirarlo de una forma introspectiva y poco común: más allá del placer, las caricias y los sentimientos de por medio, el sexo es una actividad compartida por millones de especies en el planeta.