Muchos hombres, en la actualidad, se preocupan por el tiempo que tardan en eyacular. En las consultas de sexología se atienden con frecuencia a varones que plantean problemas como el siguiente: “Soy un varón de mediana edad y desde hace tiempo sufro de eyaculación precoz… por más que lo intento, no logro aguantar lo suficiente como para que mi pareja tenga un orgasmo. Lo he intentado todo (pellizcarme, pensar en cosas desagradables…), pero no logro ningún resultado, mi pareja se frustra, yo me frustro, y ya llega un momento en que ni me apetece siquiera… ¿Qué puedo hacer? ¿Existe algún remedio?»
Lo cierto es que la eyaculación precoz es más una etiqueta que un problema real. De hecho, entre los profesionales de la sexología, no se ha llegado a ningún acuerdo acerca del tiempo por debajo del cual un hombre debe considerarse eyaculador precoz.
La mayor o menor tardanza para eyacular es variable incluso dentro de la misma persona, dependiendo del momento, del cansancio, del propio deseo o de cómo se sienta la persona (algo tensa, distraída…). En casos como éste es importante plantearse los motivos por los que este hecho supone un problema para el varón. ¿Le preocupa el placer de la pareja? ¿Se preocupa por su propio placer? ¿Por qué motivo?