Redescubre sus zonas erógenas

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Existen multitud de zonas erógenas en el cuerpo de las mujeres que los hombres a menudo infravaloran, bien sea porque se va directamente al grano, o bien porque se centra toda la atención en los besos o los mismos órganos genitales.

Aunque cada persona tiene una reacción diferente a los estímulos, varios puntos sensibles tienen el poder de hacer aumentar su placer de manera exponencial. En hm te animamos a que redescubras algunas de estas partes que seguramente tienes olvidadas.

  • Ojos. No, no es una broma. En esta zona confluyen una gran cantidad de nervios, lo que la convierte en altamente estimulante. Acariciar los párpados y las cejas o besar toda la parte que rodea al ojo es toda una demostración de atención y cariño, pero también un gesto cargado de erotismo.
  • Muñecas. Aunque ahora nadie les preste la atención suficiente, lo cierto es que hace unos siglos era una de las áreas más sensuales, con un alto contenido erótico. Históricamente, un beso en la muñeca ha sido sinónimo y señal de tensión sexual y pasión desenfrenada. Aprende de tus antepasados y tenlas en cuenta en tu próximo encuentro íntimo. Si le van las emociones fuertes, prueba a atárselas y haced vuestra propia versión bondage.
  • Axilas. Nunca las has tenido en cuenta, pero las axilas son una de las zonas más sensibles y más fáciles de estimular. Siempre que no se llegue al punto de las cosquillas, besando esta parte de su cuerpo puedes hacer que vea el cielo.
  • Orejas. Seguro que muchas veces le has susurrado algo al oído mientras lo estabais haciendo y, más que probablemente, después has dejado de lado el órgano exterior. Lamer el lóbulo o mordisquear todo el contorno de la oreja es realmente excitante. Sigue después con el cuello y harás que su temperatura suba como la espuma.
  • Rodillas. Las piernas no suelen pasar desapercibidas durante el sexo, sobre todo la cara interior de los muslos, una de las favoritas y más receptivas al contacto erótico. Sin embargo, una zona a menudo olvidada por todos es la parte posterior a las rodillas, que goza de una gran sensibilidad, similar a la de las axilas. Estimular esta área con caricias y besos hará que sus sensaciones estén a flor de piel.

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