Tu pareja y tú practicáis muy a menudo la posición del misionero. Es cómoda, hay mucho contacto visual, sentís la piel del otro, y las penetraciones son muy intensas y profundas. Es de las mejores posturas para el sexo entre heterosexuales, no te lo vamos a negar. No obstante, y a pesar de que está en el top, deberías innovar un poco.
No nos referimos a que olvides el misionero, ni mucho menos. Pero has de saber que existen variedades del mismo que son igual (o más) buenas que la versión clásica. Te las contamos.
1) El misionero apasionado
Una de las cosas que más excita a las mujeres es comprobar lo deseadas que son por su hombre. Así lo detalla además la famosa investigación de la doctora Marta Meana. Por eso, en parte, les gusta tanto el misionero a ellas, porque ven cómo el hombre las posee encima. En esta postura, a la que hemos llamado ‘misionero apasionado’, la dama se encuentra con las piernas elevadas y apoyadas en los hombros de él, que está de rodillas con la espalda erguida.