Cuántas veces habremos oído aquello de: ¿cómo puede estar esa chica tan guapa con ese tío tan feo? Y para muestra, nombres tan conocidos como Beyoncé y Jay-Z, Jennifer López y Marc Anthony o Heidi Klum y Seal. No se puede negar que todas (aunque las dos últimas parejas ya no estén juntas) han vivido unas grandes historias de amor, en las que el físico quedaba relegado a un segundo plano.
[pullquote]Yo, como Beyoncé o Heidi Klum (comparaciones a parte), no me arrepiento de haber puesto un feo en mi vida[/pullquote]
Últimamente he estado hablando bastante con un antiguo ex de hace varios años. Aunque su nombre es Sergio, mis amigas lo llamaban Adri porque decían que su nariz era clavadita a la de Adrien Brody. Y que era igual de feo. A mí no me lo parecía pero claro, según ellas, yo no podía ser «objetiva».
He de reconocer que Adri, digo Sergio (más de una vez acabé llamándolo así), me conquistó a base de «pico y pala», de días y horas regalándome los oídos e insistiendo en que tuviéramos una cita. Mis «noes» (sí, también reconozco que le di muchos porque no me gustaba físicamente) siempre se los tomaba a risa, y me contestaba que «tarde o temprano cambiaría de opinión».