Hoy cumplo 30 años. Siempre había pensado que a estas alturas de la vida ya estaría casada, con un nene corriendo por casa y buscando al segundo para tener «la parejita». Pero no, aquí sigo, viviendo de alquiler en un pisito de soltera con mis dos perros y mis tres plantas. Yendo los domingos a comer paella a casa de mis padres, que es lo más elaborado que entra en mi boca en toda la semana (dada mi inutilidad en la cocina).
[pullquote]Hay ciertas cosas que no se le pueden decir a una mujer, y que se está haciendo vieja es una de ellas[/pullquote]
Realmente, mi vida de treintañera se parece bastante a la de hace 10 años, solo que he cambiado a mis compañeras del piso de estudiantes por otro tipo de seres vivos. Bueno, y que ya no trabajo gratis como becaria para «adquirir experiencia».
Lo malo de cumplir años no es lo que cambia tu vida, sino ver cómo va cambiando la de los demás. Hace poco fue la primera boda de mi grupo de amigos. Esa fecha que todo el mundo esperamos pero que, a la vez, no queremos que llegue nunca. Porque una vez se casa el primero, empiezan a caer todos, uno detrás del otro. Es el llamado efecto dominó de la soltería.