Cuándo usar juguetes sexuales y cuándo no

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Cuando somos pequeños jugamos con juguetes para niños. Cuando somos adultos, ¿debemos dejar de jugar? El juego forma parte de nuestra vida y es bueno no dejar de jugar nunca, y uno de los juegos para adultos se puede complementar con juguetes un poco subidos de tono pero es importante preguntarnos cuándo podemos usar juguetes sexuales y cuándo no es recomendable. Empiezo por el final.

¿Cuándo no usar juguetes sexuales?

Cuando pensemos que un juguete puede substituir o llenar un vacío en nuestra sexualidad compartida o para arreglar alguna dificultad sexual severa.

Si creemos que un juguete puede ser el substitutivo de la sexualidad compartida con alguien, mejor no usarlo puesto que no vamos a encontrar esa substitución. Se han inventado muchos juguetes que pretenden substituir a una pareja. Realmente han creado algunas muñecas aparentemente muy parecidas al ser humano… pero (a parte de ser un producto no accesible a todos los bolsillos) es un juguete que no puede substituir una parte muy importante de la sexualidad compartida: el calor humano, el calor físico y el calor de la excitación humana.
Y cuando hay una dificultad severa en la sexualidad de una persona, recomendamos que se busque el asesoramiento de un profesional, no necesariamente terapia, pero si el asesoramiento de un profesionalidad que entienda de sexualidad humana y que pueda aconsejar y orientar sobre la dificultad en cuestión.

¿Cuándo sí se pueden usar los juguetes sexuales?

¡Para el resto de situaciones! Los juguetes sexuales sirven para alimentar el deseo, aumentar el placer, encontrar nuevas maneras de divertirse en pareja o en solitario, ser más creativos…

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