Practicar sexo con más o menos frecuencia puede favorecer el que nuestro cutis luzca más brillante y con menos imperfecciones, dado que conseguimos que los poros se abran y eliminamos toxinas.
Las necesidades fisiológicas y el apetito sexual pueden hacerse evidentes en nuestro cuerpo mediante una serie de síntomas que reflejan el deseo de sentir contacto sexual y vivir experiencias excitantes.
La falta de sexo afecta física y emocionalmente a las personas, incluso sin que estas se lleguen a dar cuenta. Y es que esta necesidad humana va mucho más allá del placer que genera, pues también cumple una función importante en la salud y el bienestar.
Por diferentes motivos algunas personas intentan reprimir su deseo sexual y se cohíben de aquello que desean; otras tienen más facilidad para expresarse y no dudan en vivir el momento al máximo cuando se da la oportunidad.
En todo caso, cuando pasa el tiempo y no tienen una experiencia sexual satisfactoria, sus deseos reprimidos se pueden hacer evidentes mediante ciertos comportamientos o señales.